UNA DANA EXCEPCIONAL CON INUNDACIONES CATASTRÓFICAS
1. Origen, cronología y evolución de la DANA
El viernes 25 de octubre entraba una borrasca por el Cantábrico, procedente de Irlanda, con aire frío en altura. El domingo 27 la borrasca quedaba aislada de la corriente general de borrascas y frentes atlánticos, formándose por lo tanto una depresión aislada, centrada en el sur de la Península.
Mapa 1: Borrasca de Irlanda entrando por el Cantábrico
Los vientos de levante empezaron a provocar precipitaciones intensas en Andalucía y Comunidad Valenciana, localmente en Catalunya y Baleares, pero también con resultados y afectaciones más que notables. La depresión quedó estrangulada entre anticiclones, no se podía mover o lo hacía con movimientos imprecisos, ahora un poco hacia el golfo de Cádiz, ahora hacia el estrecho de Gibraltar, después hacia el sur de Murcia... La persistencia de la DANA en el sur de la Península mantuvo una situación de inestabilidad por flujo de levante de larga duración con una racha lluviosa de 10 días consecutivos en todo el arco mediterráneo. Lluvias abundantes y frecuentes: llover sobre mojado, el territorio no sería capaz de absorber más agua.
Mapa 2: Transición de borrasca a DANA y trayectoria de norte a sur
2. Semana del 28 de octubre al 3 de noviembre: formación del SMC
Un SMC es un Sistema Conectivo Mesoescalar. La depresión quedó anclada en el sur de la Península, bombeando sin cesar aire cálido y muy húmedo. Primero hacia el golfo de Cádiz y el litoral mediterráneo y, posterior y exclusivamente en todo el eje mediterráneo, desde Tarragona hasta el Estrecho, localmente también en Andalucía occidental.
El martes 29 de octubre se formaron potentes tormentas en el prelitoral de Valencia con cantidades de 150 litros, pero por la tarde se formó un peligroso "sistema convectivo mesoescalar".
Mapa 3: DANA estrangulada en el Estrecho y temporal de levante en C.Valenciana con SMC
Se trata del fenómeno tormentoso más violento que se puede dar en nuestro planeta. En un punto o zona determinado, no muy extenso, se forman potentes cumulonimbos o nubes de tormentas y, como una aspiradora gigante, van absorbiendo el aire cálido y muy húmedo del Mediterráneo. La tormenta queda estática, expandiéndose en forma de cuña, en el caso de Valencia, de sudeste a noroeste. La zona afectada es relativamente limitada, pero la tormenta o reunión de tormentas pueden estar precipitando horas seguidas, de hecho fueron ocho horas ininterrumpidas de lluvia torrencial. Curiosamente, los pluviómetros de las playas de Valencia capital tan solo registraban 2 o 4 litros por metro cuadrado y, a poco más de 20 quilómetros, en el interior, se sobrepasaban los 300 litros, alimentando rieras y barrancos. Los días 3 y 4 de noviembre, la DANA convertida ya en surco o zona de inestabilidad, afectó a Catalunya también con algunas inundaciones.
Mapa 4. Lluvia acumulada el 29 de octubre en la provincia de Valencia
3. Fenómeno excepcional y causas agravantes
Las tormentas de Valencia llegaron a tener dimensiones inauditas. Una tormenta normal suele tener la cima o el tope nuboso hacia los 10 o como mucho 12 km de altura. En el caso de Valencia alcanzó los 20 km, es decir, rompió el techo de la troposfera (overshooting), llamada tropopausa y se introdujo en la estratosfera. Los pluviómetros registraron de 200 a 500 litros, pero el domingo 3 de noviembre llegó la señal, perdida durante unos días, de los pluviómetros situados en el epicentro de la tormenta: dieron registros superiores a los 700 litros en pocas horas.
La última gran inundación fue la del octubre de 1982 y aún peor la de octubre de 1957. Pero la que nos afecta ha tenido unas agravantes que hay que comentar:
- Calentamiento global: Como ocurrió con el temporal Gloria, si esta situación se hubiese producido hace 50 años, las cantidades de lluvia habrían sido sensiblemente menores. El Mediterráneo no estaba tan cálido y, por lo tanto, la aportación de energía habría sido menor. Este es un tema recurrente del que estamos un poco cansados de insistir. Hay que mentalizarse de una vez por todas que "los fenómenos extremos, sean los que sean, cada vez son más frecuentes y más violentos".
- Mayor urbanización y la ordenación del territorio: Nuestras ciudades no son porosas. En los últimos 40 años, desde la pantanada de Tous, se ha urbanizado sin orden, se han construido barreras artificiales que ofrecen resistencia a avenidas, ya sean autopistas, urbanizaciones... El agua sobre el asfalto no penetra hacia el interior y adquiere una gran velocidad donde haya pendiente. En definitiva, habría que replantearse muchas cosas.
Alfred Rodríguez Picó