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FEBRERO INSÓLITO EN EL HEMISFERIO NORTE

FEBRERO INSÓLITO EN EL HEMISFERIO NORTE

03-03-2021
La naturaleza, cada vez más desarraigada de la mujer y el hombre, se ha empeñado este febrero de 2021 en demostrar su furia y gran influencia en la vida rutinaria de las personas. La mano ejecutora de tal rebeldía ha vuelto a ser por enésima vez la meteorología, que, a pesar de su longevo transcurso por el tiempo, no deja de sorprendernos y nos deja boquiabiertos, como un infante en ver por primera vez la tranquilidad y el silencio de la nieve.

Antes de emprender este viaje por el hemisferio norte y la península Ibérica debemos entender cuál ha sido la génesis o el factor detonante de tal actividad en el ecuador del invierno, unas fechas que no suelen deleitarnos con tanto dinamismo como este año y que son precisamente otro elemento para ensalzar y valorar.

Circulación meridional atmosférica

La atmosfera siempre guarda la respuesta a todas las incógnitas que puedan surgir sobre meteorología y, estos acontecimientos, no son la excepción. Si la circulación general atmosférica del hemisferio norte es por norma general de oeste a este, el febrero de 2021 ha presentado algunos matices y su trayectoria ha sido de norte a sur en el mayor de los casos. Es decir, las masas de aire se han movido con cierta frecuencia de latitudes polares hacia regiones subtropicales inyectando mucho frío y, por el contrario, también ha habido irrupciones saharianas de latitudes medias hacia países nórdicos o zonas subpolares. Este intercambio de masas de norte a sur o viceversa, como si de una montaña rusa se tratara, recibe el nombre de circulación meridional.

El hecho de encontrarnos en el ecuador del invierno es otro factor que magnifica que las entradas de aire frías o templadas sean más intensas y contengan un carácter mediático. En invierno se forma el vórtice polar, un área de bajas presiones y masas de aire gélidas que se concentran alrededor de los polos de la Tierra. Cuando hablamos de la irrupción de masas de aire polares o árticas contamos con la aportación de estas profundas borrascas que en febrero se encuentran en plena ebullición y sus condiciones son más extremas. Las consecuencias serán más crudas que si lo comparamos con la primavera, cuando estas masas polares ya van perdiendo potencia a causa de una mayor insolación y ascenso térmico.

En definitiva, la coincidencia de una circulación meridional en un mes de febrero ha sido clave para entender tantos contrastes a escala europea e incluso en todo el hemisferio norte. Millones de personas han sufrido sus consecuencias de distintos modos y podemos encontrar noticias des de cualquier rincón del mundo.

Ola de frío y nevadas en América del Norte

Iniciamos el viaje en los Estados Unidos con una ola de frío polar que no sería noticia en buena parte del país por su talante habitual, pero sí que lo es cuando llega en el sur de EU. El estado de Texas fue la zona más afectada por esta irrupción fría que también la acompañó un histórico episodio de nieve. La vulnerabilidad de estas regiones crece exponencialmente ante estos acontecimientos, pues su periodo de retorno es muy elevado y la realidad acaba superando a la ficción. Cuatro millones de hogares sin suministro eléctrico, ciudades paralizadas y la interrupción de la vacunación para la epidemia de la COVID 19 fueron algunos de los titulares en medio de un temporal de nieve con temperaturas sostenidas bajo cero.

Dejando de lado las consecuencias sociales y la atracción de ver las calles de Texas cubiertas de nieve y hielo, no hay que olvidarse de la tormenta invernal que dejó la nevada más abundante de los últimos 30 años con registros de hasta -12ºC en Austin, la capital del estado de Texas.

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Imagen 1. Nevada en Brwonsville, ciudad en el sur de Texas, limitante con México

El resto de los estados Unidos también fue cómplice, aunque no con esta intensidad, de los efectos del invierno y la nieve, que no suelen faltar a su cita en este país. Según la BBC el miércoles 17 de febrero el 71% del país estaba teñido de blanco dejando algunos paisajes históricos, para guardar en la retina.

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Imagen 2. Lago Míchigan congelado y cubierto por una capa de nieve.

Ola de frío en Europa

El mes de febrero en el viejo continente tampoco ha querido perder su cita con el invierno y algunas partes de Europa han sido sometidas a intensas olas de frío. Es el caso de los países atlánticos y Europa del este, aunque afectados por distintas configuraciones atmosféricas.

En el primer bloque, la ola de frío a países como Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Polonia, Austria e incluso norte de Francia se produjo durante la primera quincena de febrero. La baja circulación de borrascas con mucho aire frío causó una sostenida rutina bajo cero en todos estos países y capitales europeas. Algunos de los registros más destacados fueron los -15ºC en Berlín, -9ºC en Ámsterdam, -8ºC en Viena o en -6ºC en París. La ola de frío fue una bendición para los patinadores holandeses que aprovecharon el congelamiento de los canales de Ámsterdam para danzar sobre la gruesa cobertura de hielo.

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Imagen 3. Canales de Ámsterdam congelados por las bajas temperaturas

Si nos quedamos un instante más en los Países Bajos, también fue noticia la nieve, que apareció en forma de tormenta y dejó grosores de hasta 30 centímetros. Hacia desde enero de 2010 que no se producía una tormenta de nieve en este país, el mismo tiempo que en Barcelona, por ejemplo, con el histórico temporal de nieve del 8 de marzo de 2010.

Un febrero gélido no necesariamente tiene que ser noticia en estos países por sus bajas temperaturas, pero sí que lo son por sus contrastes. Si la primera quincena de mes fue excepcionalmente fría, finales de febrero culminó con una irrupción sahariana que elevo los termómetros por encima de la media con claras anomalías positivas. En Berlín se pasaron de los -15ºC del día 13 a los 20ºC los días 24 y 25 de febrero, 35ºC de diferencia en menos de dos semanas que evidencian un febrero enloquecido.

Pero aún hay más por comentar en el viejo continente y se trata de la ola de frío en el este y sur de Europa. Este episodio de frío responde a otro patrón atmosférico diferente al anterior. Consistió en un bloqueo de las altas presiones en la Europa occidental que detuvo la circulación general atmosférica de oeste a este y obligó a las masas más frías del interior de Rusia y Siberia a desplazarse hacia el este. Una situación retrógrada que llamamos en meteorología, porque las masas de aire avanzan de este a oeste, en el sentido contrario a la norma general (oeste a este).

La ola de frío de Europa del este se produjo cronológicamente pocos días después que remitiera el frío intenso en los países atlánticos. Los termómetros se desplomaron como ya lo hicieron en las zonas anteriores y destacan los -15ºC en Kiev, -8ºC en Bucarest o -1ºC en Atenas (hay que recordar que la temperatura media en un mes de febrero en Atenas es similar a la de Barcelona y oscila entre los 7ºC a 14ºC). Atenas se instaló bajo cero y lo representó con una nevada en la mismísima Acrópolis que quedó totalmente teñida de blanco, un paisaje para encuadrar que pocas veces se deja contemplar.


Imagen 4. Nevada en la Acrópolis de Atenas, Grecia

Irrupción Sahariana y récords de calor en la Península

A pesar de que el frío ha hecho acto de presencia en buena parte del hemisferio norte, la Península ha sido una de las pocas zonas que se ha mantenido al margen durante el mes de febrero. En este sentido, parece que el temporal Filomena de enero fue el minuto de gloria del invierno de 2021 con su aportación de frío y nieve, pues en febrero las masas de aire templadas siempre estuvieron muy cercanas y alejaron las heladas, el frío y la nieve en la mayoría de las comunidades.

Ante la ausencia de invasiones frías, un régimen de vientos del sur se adueñó de estas latitudes con unas características muy diferentes de las que hemos visto hasta ahora. El protagonista que entra en escena es el polvo en suspensión de origen sahariano, la suavidad térmica y las consecuencias insólitas que van asociadas a cada uno de estos dos agentes.

La lluvia de barro fue, en primer lugar, la más viva representación de este ambiente turbio ocasionado por un exceso de polvo sahariano en la atmósfera que apareció en dos episodios durante febrero: uno los días 5 a 7 y otro los días 21 a 22. La nieve también fue protagonista, aunque no por sus nevadas a cotas bajas, sino por sus paisajes dorados en cordilleras y montañas dignos de otro planeta, sobre todo en el Pirineo.


Imagen 5. Pirineos cubiertos de una rojiza capa de nieve por la mezcla con el polvo sahariano

Con tantas partículas en suspensión la contaminación también fue noticia en muchas ciudades ibéricas con registros de PM10, el indicador idóneo para detectar un episodio de contaminación, muy superiores a los umbrales establecidos por la ley.

Y finalmente no podemos pasar por alto el papel de la temperatura, muy superior a la media climática y en notable contraste con el congelador europeo que hemos comentado. La hegemonía de los vientos del sur desplazó las masas templadas del norte de África hacia la Península y algunas jornadas tuvieron incluso un regusto primaveral. De hecho, ya hay constancia de algunos récords de calor en distintos observatorios, como el Fabra de Barcelona con una temperatura media de 11,6ºC, la cuarta más elevada de su larguísima y centenaria serie histórica de datos en un mes de febrero. Un ambiente suave que sobre todo destacó en las temperaturas mínimas por la ausencia generalizada de heladas, excepto en algunos puntos interiores y montañas. Un hito impensable para la geografía ibérica que añade valor a este febrero enloquecido de 2021.



Marc Silvestre Gelices
TAIKOMETEOROLOGIA, S.L.

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