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38 AÑOS DEL DILUVIO PIRENAICO

38 AÑOS DEL DILUVIO PIRENAICO

20-10-2020


Situaciones de palancas orográficas del suroeste, una mirada hacia el pasado


Estos días estamos afectados por una situación del sur, por fin estos vientos ábregos o "llovedores" van a descargar con ganas en el centro y sur de la Península, sedienta por la falta de lluvias otoñales. Multipliquemos esta situación por diez y nos encontraremos con un fenómeno meteorológico de catacterísticas pantagruélicas, viajemos en el tiempo treinta y ocho años atrás...


A primeros de noviembre de 1982 fuimos de excursión a las montañas andorranas. El cielo se iba tapando por nubes altas primero (cirros y cirrostratos) y nubes medias después (altoestratos y altocúmulos), presagio de la aproximación de una borrasca. La visibilidad era buena y nadie pensaba que pocos días después caería en esa zona un verdadero diluvio que desbordaría ríos y torrentes. El día 5 de ese mes el anticiclón que nos afectaba con tiempo estable se retiró hacia el centro de Europa y una profunda borrasca gestada al sur de Groenlandia se dirigió hacia nosotros. Al día siguiente la borrasca se transformó en un monstruo con presiones en su centro de 963 milibares instalándose cerca de las costas gallegas.El día 6 violentas ráfagas de viento del sur impulsaban a gran velocidad nubes bajas que se apelotonaban contra las montañas y a media tarde empezó a llover, cada vez con más intensidad. Y durante 24 horas y sin descanso un verdadero diluvió azotó el Pirineo. La cordillera, perpendicular al viento del sur, actuó de palanca proporcionando más energía a la masa nubosa. Los ríos Segre, Valira, Llobregat, Noguera Pallaresa i Ribagorçana, Cardener, Garona, Ter… no admitían más agua y se desbordaron llevándose cuanto encontraban a su paso, incluso pueblos enteros como Pont de Bar.

El agua surgía de la superficie del suelo debido al enorme caudal de los ríos subterráneos. Los registros de precipitación fueron excepcionales: la Molina registró en 48 horas 556 litros,casi la misma cantidad que cae en Barcelona en un año, 340 en la Pobla de Lillet. La orografía jugó un papel fundamental. Unas localidades registraban más de 400 litros y otras a poca distancia apenas 100. Una situación similar tan solo se había observado en octubre de 1940.





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